Entrevista para 1x.com Magazine. Por Vicente Dolz en julio 2019.
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Luis Rabanal es a la fotografía lo que un zapatero de principios del siglo XIX era a los zapatos. Le gusta lo que hace y lo hace con precisión.
Es fotógrafo por afición y profesor de fotografía en la Universidad Popular de Fuenlabrada (Madrid- España). La gente que asiste a sus cursos le adora; se trata de una persona con trato amigable y le encanta enseñar las técnicas de laboratorio, sus técnicas de laboratorio.
Le gusta cargar con su cámara de gran formato y salir al campo a buscar fotografías. Esas fotografías luego serán expuestas en circuitos populares, salas de exposición y mercadillos nacionales.
No es muy fan de las apariciones estelares, de las redes, de los medios; tiene un grupo de amigos fotógrafos con los que se encuentra para hablar y compartir experiencias fotográficas.
Conocí a Luis en el año 2014. Coincidimos en Mirartephoto, Festival de Arte que se celebró en Guadalajara. Desde entonces hemos vuelto a coincidir en otros eventos, como EntreFotos La Feria (https://www.facebook.com/entrefotos.laferia/). Sigo su carrera y veo que participa en más exposiciones y no cesa de dar cursos de darkroom.
Luis, ¿Cómo empezó todo?
Por una crisis de identidad: Hace 20 años atravesé una crisis personal. Un momento de desánimo, falta de ilusión y de horizontes. En este clima solo me apetecía pintar rostros bellos. Pero el dibujo y la pintura eran demasiado lentas para mí. Un amigo me dejo una vieja Zenit 12xp y empecé a fotografiar lo que me rodeaba. Recuperaba así la visión de la belleza que me rodeaba de forma mas inmediata. Además había algo adictivo en la espera para ver los resultados obtenidos del carrete hasta que el laboratorio me los entregaba.
Algunos de los carretes que recibía del laboratorio tenían desperfectos como arañazos, pelos, huellas dactilares… Así que me decidí a controlar yo todo el proceso. Me compré un tanque de revelado de película y químicos y comencé a disparar en blanco y negro. Después adquirí una ampliadora, cubetas, mas químicos. Ya estaba perdido: me había enganchado a la fotografía química en blanco y negro.
Yo te he visto trabajando en el laboratorio y me ha parecido que te gustaba lo que hacías ¿Te consideras meticuloso, preciso?
Es absolutamente necesario serlo, y nunca llega a ser suficiente. En el laboratorio se realiza el proceso de reinterpretación de la imagen. Hacer que la imagen fotográfica contenga lo que tu has visto en tu imagen mental al hacer la foto. Volver a componer la imagen del negativo, ajustar la luminosidad al contraste de la escena, elegir el tipo de papel mas adecuado al tema de la imagen, darle un tono sepia… todos estos elementos forman parte de la gramática que dotará de lenguaje a la imagen.
Además se produce el camino inverso ocurrido al tomar la foto: la luz ahora no entra en la cámara sino que sale de la ampliadora y atraviesa el negativo para crear una realidad nueva que será reflejo del original. Asistir a este proceso de creación exige ser respetuoso y meticuloso.
También es importante asegurar la calidad de las copias y los negativos para que duren en el tiempo. Las fotografías analógicas son objetos sujetos al paso del tiempo. Así que ser meticuloso es fundamental. Ahora veo algunas de mis primeras copias de hace 15 años arruinadas por un mal lavado del papel fotográfico.
¿Por qué el paisaje, principal protagonista de tus fotografías?
En la naturaleza no existen las dimensiones humanas: hay silencio, ausencia de palabras y conceptos. Un individuo aislado en medio de la naturaleza experimenta el vacío, la nada, se percibe a sí mismo en sus verdaderas dimensiones de finitud y pequeñez. Para mí estas dimensiones son la verdad de nuestra existencia. Todo lo demás es un escenario, un decorado. La naturaleza es el espacio de la verdad de la vida.
Cuando hago fotografías en la naturaleza extraigo un cuadrado o un rectángulo de ella y a eso lo llamamos paisaje. Y quien lo hace es un ser humano cuya elección obedece a sus emociones, preguntas, inquietudes… La fotografía de paisaje es un espejo del interior de su autor.
No veo personas en tus fotografías de paisaje. ¿Por qué?
En la pintura romántica el espacio natural pasa de ser el decorado de la escena a ser el protagonista, naciendo así el paisaje como temática artística. En muchas de las pinturas de esta época aparece un ser humano pequeñito pintado en algún sitio. Era una representación de la pequeñez del ser humano en el mundo y de la búsqueda de un momento o lugar mejor, un anhelo de utopía para el hombre.
Representar el paisaje vacío de presencia humana dirige nuestra mirada al mundo de las no palabras, los no objetos, del espacio que hay entre las cosas, del vacío como protagonista. Esto también es real y puede que más real que la realidad misma. La presencia humana en las fotos vaciaría este contenido.
Has escogido la fotografía química. Conozco que también has hecho digital pero te has situado en la química ¿Por qué?
Empecé con la fotografía analógica y sigo usándola. Con la fotografía analógica encuentro un ritmo de trabajo similar al de mi propia capacidad de relacionarme con el mundo. No me saturo de imágenes y mantengo una relación física con todo el proceso fotográfico. Además el resultado es un objeto, una copia en papel, una foto enmarcada, una caja de fotos, un fotolibro… algo físicamente real. Y además está el carácter estético que se obtiene con las ópticas, películas y papeles analógicas. Es una estética algo más imperfecta que la digital, y eso me gusta.
También tomo fotografías digitales, pero no suelen ser para mí. Y las que son para mi terminan siempre siendo un objeto físico, un fotolibro por ejemplo. Es el medio natural de cualquier fotografía, analógica o digital.
Desde hace 7 años participas en mercados fotográficos. Cuéntanos en qué consisten y cual es tu experiencia.
Se trata de mercados en la calle o en espacios culturales donde los fotógrafos mostramos nuestras fotografías en stands. El público que acude a estos mercados tiene la posibilidad de ver, tocar y adquirir la obra y dialogar con sus autores. He participado en muchos de ellos en estos 7 años en distintos puntos de España: Madrid, Barcelona, Úbeda, Guadalajara… Con distinta afluencia de público y casi ningún beneficio económico siempre. Hoy, para mí no deja de ser una actividad que reporta muchas satisfacciones no pecuniarias. No es una actividad mercantil. Dejé de verlo así y dejé de frustrarme. Es una especie de performance en la que el autor pone su obra a disposición del público, para que algunas personas encuentren su imagen y dialoguen con ella. El protagonista es este dialogo entre la persona que viene al puesto y mis imágenes. No soy yo el protagonista ni el beneficio económico. Algunas personas, tocadas por su dialogo con la imagen se acercarán a mí a preguntar por cuestiones técnicas, estéticas o por el precio. Y alguna comprará mi imagen porque habrá encontrado su imagen y querrá que esta le acompañe en su tiempo y espacio. Cuando esto sucede me alegro, pero si no sucede ya no me vuelvo triste a casa.
Das clases a personas de todas las edades ¿Cómo interactúan los más jóvenes con las cámaras de carrete?
Bueno, los más jóvenes y los más viejos. Todos tienen asumido que la fotografía analógica está acabada y que conocerla es absurdo. El mercado se encarga de forjar esté pensamiento único. Cuando terminan el curso de Fotografía Analógica en Blanco y Negro todos expresan una gran satisfacción por el tiempo dedicado a crear sus imágenes y afirman la gran importancia de conocer estas técnicas para incrementar la cultura y el amor a la fotografía. No todos la seguirán practicando, pero se llevan la posibilidad de entender y admirar el trabajo de los grandes fotógrafos y fotógrafas de la historia.
¿Que fotógrafos te inspiran?
Me gustan mucho Robert Adams y Eugène Atget. En ambos reconozco esa sensibilidad hacia el espacio vacío como contenedor de lenguajes. Admiro la ética y la estética de Sebastiao Salgado. August Sander y Gabriel Cualladó me animan a buscar en los seres humanos que me rodean. Y Martin Parr y Larry Towell me ayudan a reflexionar con su maneras de acercarse a la realidad.
¿Crees que el proceso creativo es estacional, va y viene?
Creo que la creatividad es una capacidad humana que hay que cultivar. Creo que tiene que ver con tu nivel de consciencia, con tu capacidad para ver las cosas como de verdad son y con un estado especial en el que las ideas vienen a ti. Un buen amigo me regaló un libro de David Lynch, Atrapa el Pez Dorado, y en él el cineasta afirma que el acto creativo es egoísta, por que se necesita todo el tiempo para sí. Y nuestro ritmo de vida es incompatible con esa libertad de disponer del tiempo para que pasen cosas.
¿Hay algún libro que recomendarías y/o que te haya ayudado a nivel creativo?
Hay un filósofo que me ayuda a reflexionar, a bucear en aguas profundas para encontrar mi visión. Byung-Chul Han, cualquiera de sus libros es para mi fuente de inspiración. Me gusta también leer el Dhammapada, un texto budista que me sosiega y me ayuda a volver a la esencia. No encuentro la creatividad sin el silencio y la reflexión. Técnicamente, la trilogía de Ansel Adams. Sin técnica no hay creatividad útil.
¿Qué cámaras y que focales utilizas habitualmente y porqué?
Hasta hace poco mi cámara para todo era una Rolleiflex 3,5f. Ligera y de gran calidad óptica y mecánica. La tuve que vender para hacerme con un 80mm para Hasselblad. Así que ahora mismo esta es la cámara que uso mas habitualmente. Con el 50mm para paisaje e interiores y el 150mm para retratos. Trabajo también con una Toyo 45A con placas de 9×12 y ópticas Schenider de 150mm, 90mm y 65mm. Cuando quiero ir mas ligero utilizo la Nikon f100 con el 28mm Ais.
En digital disparo una Nikon D800 y una Fuji X-E3.
¿Alguna recomendación para los más jóvenes y para los que empiezan con la fotografía?
Que no tengan prisa en hacer nada. La prisa mata el espíritu. Se necesitan muchas horas de vuelo para entender cualquier arte o ciencia. Y que no absoluticen la fotografía. Hay cosas mas importantes en la vida que sacar fotos.
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